La tienda de muebles ha llegado como una solución para el bolsillo de chilenos y chilenas, mostrando un carácter amable y preocupado por la salud planetaria. Sin embargo, tiene dos acusaciones por comprar madera talada ilegalmente en Ucrania y Siberia, según estudios realizados por la ONG británica Earthsiht.

Por: Bruno Adriazola

“La sostenibilidad es un tema que trasciende nuestros valores, estrategia de negocio y productos” declaró Bernardita Correa, líder de la sustentabilidad de IKEA. Además agregó que la madera usada en los muebles está certificada según estándares de forestación sostenible y que en algunos casos es reciclada. 

Estas declaraciones contrastan con dos informes realizados por la ONG británica Earthsight. El primero es del año 2020 y acusó a la empresa de comprar madera ucraniana procedente de la tala ilegal. Al año siguiente, publicaron que Ikea continuó haciendo lo mismo, solamente que esta vez en Rusia, el estudio señala que habrían utilizado hasta 4 millones de árboles de Siberia. 

Ikea llegó con bombos y platillos a nuestro país, incluso siendo destacada por el ministro de Hacienda Mario Marcel. La tienda abrió el 10 de agosto en el centro comercial Open Kennedy y durante los primeros cinco días el lugar experimentó un alza significativa en sus visitantes, recibiendo un total 250 mil personas. Sin embargo, pese a que la transnacional figure como una solución para la economía de chilenos y chilenas, el daño que ha causado a la salud planetaria es alto.

En su sitio web, en el apartado acciones contra el cambio climático, la empresa comunica lo siguiente, “Trabajamos con el Forest Stewardship Council® (FSC®) para cuidar los bosques mediante el manejo responsable de los mismos y mantenerlos para siempre”. Y es que ahí está el problema de Ikea, en la certificadora bajo la cual justifica su obtención de madera. De haber estado a la altura, probablemente los casos de tala ilegal en los que se involucró la tienda (Ucrania 2020 y Siberia 2021), no hubiesen ocurrido. FSC también está vinculada a casos de extracción ilegítima en América Latina, específicamente asesorando a empresas que trabajan en el Amazonas y que han sido investigadas por la justicia. 

Ikea es un ejemplo del concepto de Fast Furniture. América Retail lo define de la siguiente manera: “El mobiliario que ofrecen grandes cadenas son asequibles y rápidos de fabricar, pero, precisamente por eso, se estropean y cambian con frecuencia. Como la moda rápida, la fast furniture tiene un coste en el ecosistema”. Según la Oficina del Medio Ambiente Europea, cada año particulares y empresas europeas desechan alrededor de 10 millones de muebles.

Como Fundación Basura te invitamos a ser cuidadoso con las compras de muebles, porque como hemos podido observar lo barato cuesta caro, y en este caso lo más perjudicado es la salud planetaria. Existen alternativas más duraderas en el tiempo, como mobiliario reutilizado que puede llegar a ser de alta calidad. 

Como fundación Basura te invitamos  a ser cuidadoso con la compra de muebles, porque como hemos podido apreciar lo barato cuesta caro, y en este caso los más perjudicado es la salud planetaria. Es importante hacernos preguntas antes de adquirir este tipo de producto, ¿Cuál es su procedencia? ¿De donde proviene el material con que se fabricó? ¿Sus parámetros de sustentabilidad son realmente confiables? ¿Me asegura un tiempo prolongado en buen estado o rápidamente habrá que botarlo? 

Te dejamos dos emprendimientos de mueblerías sustentables nacionales: Bosque Hundido y Aymae.